Para entender bien qué es el Big Data, les comento un ejemplo que me parece que da justo en el clavo.
¿Recuerdas del cuento de Hansel y Gretel, cuando los hermanos para no perderse van dejando un rastro de migas por el camino? Bueno, pues resulta que cada vez que te conectas a Internet e interactúas con las marcas, ingresas tus datos y navegas, vas dejando información por todos los sitios que te paseas.
Al igual que en el cuento, esos datos que vas ingresando son las migas que dejaron Hansel y Gretel.
¿Y qué tiene que ver eso con el Big Data?, te preguntarás. Simple, toda esa información que entregas a la web recibe el nombre de “basura digital”, y es el Big Data, el que te ayuda a procesarla.
¿Qué son las tres V del Big Data?
El Big Data permite procesar toda esa información que vas dejando con las tres “V”, vale decir:
- Volumen, mayor cantidad de información
- Velocidad, con más rapidez
- Variedad, sobre distintos datos
Pero, ¿para qué nos sirve esto? Este es un ejemplo fabuloso. ¿Te has fijado cuando ingresas a Netflix, en que la plataforma de tv streaming te dice: “Contenido sugerido para ti”? Eso lo permite el Big data.
Procesa la información que has dejado y te sugiere series o películas que podrían ser de tu gusto, detecta las tendencias por decirlo en forma simple y permite optimizar la información para tomar mejores decisiones con una mirada estratégica.
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No importa la cantidad de datos, sino el qué se hace con esa información.
Entones podemos decir que a muchas empresas, el Big Data les permite tener un punto de referencia. Se optimiza la información y se usa sólo aquella que pueda ser útil, dependiendo de lo que se quiera obtener. De esta forma, pueden aprovechar oportunidades que rentabilicen mejor el negocio.
Por ejemplo, para la salud es una herramienta sumamente útil, ya que la información que existe en la nube, se analiza y procesa a través del Big Data, lo que puede servir para entregar diagnósticos o tratamientos en forma inmediata.
Sin ir más lejos, cuando compramos en la mayoría de las tiendas y supermercados nos piden nuestra cédula de identidad. Con esa información, la marca puede saber cuál es la tendencia de lo que necesitamos habitualmente. De esta manera, en la siguiente compra, antes que pidamos lo que queremos, el vendedor puede saber el motivo de nuestra visita, sin siquiera decirlo.
Este es el momento de la revolución tecnológica, de aprovechar la basura digital y lograr llegarle al cliente indicado con el mensaje ideal.
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Redacción Catalina Bravo 🙂